Todo es más sencillo de lo que parece pero más complicado de lo que creemos

18/5/09

A ver si espabilamos un poquito

Parece mentira, pero a estas alturas de todo en general el sexo todavía es considerado algo sucio por mucha gente. Está a la orden del día, impregna todos los campos de nuestras vidas, está en boca de todos (je, je… Siempre me ha encantado esta expresión al hablar de sexo, una tontería como otra cualquiera), lo encontramos por todas partes… Y la mayoría no puede evitar la sonrisa bobalicona al toparse con el tema.
Por hablar no pasa nada, al contrario, es divertido, y sois más machotes y nosotras más “cool” cuanto más hablamos sobre ello. Pero sigue vigente el patrón puta/machote, y parece que hay quien está interesado en que así sea. El ejemplo que más a mano tenemos: la televisión. No voy a entrar a juzgar contenidos, ni audiencias, ni calidad (¿?), cada palo que aguante su vela, y cada un@ sabrá, cuando se sienta frente a la pantalla, cómo quiere estimular o anestesiar su neurona.
En este caso me quiero referir a esos programas que nadie ve y que son los que encumbran a los seres que son el modelo de éxito de nuestro tiempo. La verdad es que me importa un rábano grande como un castillo con quién se acuesta o deja de acostar cada un@, si quiere contarlo o no, si quiere cobrar o no por ello. Lo que parece ignominioso es que una serie de seres se dediquen a crear opinión sobre ello. Porque, lamentablemente, la crean, perpetuando el patrón al que antes me refería.
¡Y qué decir del trato que se da a la homosexualidad! El hecho de que todavía despierte curiosidad la tendencia de cada un@ dice bastante poco en nuestro favor. Esto para otro día, que me voy del tema.
En definitiva, el mensaje es: chica, el sexo es lo más, pero te vamos a crucificar; chico, cuantas más caigan, mejor ¡machote! Ole, ole.
No sé, la verdad es que no sé si me da risa o me da pena. Pero creo que tanta distorsión no puede ser buena para nada. Todavía prevalece también el “sólo quiere aprovecharse de ti”, “no seas tonta, que luego pierde el interés”… y toda la retahíla de frases que antaño reflejaban que el sexo era la moneda de cambio con la que las mujeres comprábamos el matrimonio.
Parece mentira, a estas alturas de todo en general…

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