Era la tercera vez que se cambiaba de ropa.
- Ya verás como al final llegaré tarde...
...se dijo a sí misma mientras comprobaba si con el vestido estampado conseguía disimular el descaro de unos pezones altivos que no se arredraban bajo la presión no excesiva del sujetador.
Frente al espejo vio que aparentemente lo había conseguido, pero entonces tendría que sustituir su braguita cómoda de algodón negro por un tanga para evitar las marcas. Se levantó el vestido hasta la cintura y bajó la prenda hasta las rodillas, desde donde se deslizó hasta los tobillos. Liberó el pie izquierdo y con un gesto gracioso del pie derecho la lanzó sobre la cama sin hacer.
Salió de casa apresuradamente. El portero dio los buenos días con su apatía habitual, sin levantar la vista del diario deportivo. Mientras, ella sonreía pensando que había sido muy buena idea cambiar de opinión y no ponerse el tanga.
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Apenas había alcanzado el semáforo de la esquina cuando una vibración en el bolso la sobresaltó.
ResponderEliminar- Estoy ahí en dos minutos.
El ritual de preparación le había llevado demasiado tiempo, aunque, sin duda, era necesario. El sólo hecho de notar las mejillas erubescentes y la mirada lasciva de él cuando sus presencias se encontraran merecía la pena.
Curiosa impertinente.
La idea era matarlo ahí, pero me gusta que me enmiendes la plana.
ResponderEliminarpor supuesto que no debe morir ahi. ni mucho menos.: espero impaciente.
ResponderEliminary lo facil seria rimar con curiosa impertinente....
dale.
anonimo valenciano
Anónimo viajero: estamos trabajando en ello.
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