Todo es más sencillo de lo que parece pero más complicado de lo que creemos

12/1/10

En ruta

Un día a la semana pasaba dos veces por aquel tramo de carretera en obras, unas obras que parecía que no fueran a acabar nunca. El piso inacabado junto a la velocidad corta hacían vibrar el coche, y esa vibración se podía apreciar visualmente en una leve y continua agitación de los senos, hacia arriba y hacia abajo, como si caminase deprisa o dando pequeños saltitos.

A la ida nunca había nadie. Era demasiado temprano, y todavía los obreros no habían comenzado a trabajar. Pero al regresar estaban todos enfrascados en sus tareas, y no podía evitar una sonrisa pícara al pensar que tal vez alguno pudiese apreciar el baile de sus pechos. El conjunto de estímulos le provocaba una leve excitación, podía notar el rubor en sus mejillas y la sangre palpitando en su viaje por el cuerpo. A veces se sorprendía a sí misma pisando demasiado el acelerador cuando dejaba que alguna fantasía convirtiese la leve excitación en un sofoco que le hacía sentir el ansia en las caderas y la tensión en los pechos que unos momentos antes habrían saltado a su antojo de no estar apresados por el sostén. En esos momentos casi le producía dolor el deseo de tener unas manos sujetándolos firmemente desde atrás, bajando igual de firmes hasta sujetar las nalgas, y casi podía sentirse repleta simplemente con imaginar que lo estaba.

Mientras bajaba del coche era consciente de que le brillaban los ojos y sus labios estaban ligeramente hinchados. Notó una mirada a su espalda, la mirada de la persona que la estaba esperando. La persona que no le permitió abrir la boca al tapársela con la suya, una mano en la nuca y otra en las caderas, sujetándola contra sí. La persona que apartó la boca para acercarla a la oreja y susurrar: "Creo que el sujetador que llevas puesto es mío".

2 comentarios:

  1. Me alegra Catalina, el suave bamboleo. Libres libres como el viento.
    Esperamos la continuacion del relato, no sin recordar la gran labor, sin reconocimiento alguno, de los obrómetros.
    Mikael B.

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  2. Gracias, Mikael. Invitado estás a una ruta por alguna carretera en obras...

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